Niveles de seguridad en viviendas: así se clasifican según el riesgo real.

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NIveles de seguridad residencial, del 1 al 5.

Poscast: Niveles de seguridad en viviendas, clasificación según el riesgo real

“Descubre cómo se clasifican los niveles de seguridad residencial en viviendas según el riesgo real de robo, el entorno y la intervención policial.”

En seguridad residencial, la primera decisión clave para proteger una vivienda no es elegir una alarma o una puerta blindada, sino definir el nivel de protección frente a robos e intrusiones que realmente se necesita.

Aunque no es posible anticipar con exactitud la estrategia de un delincuente, la metodología GDR -Gestión de Riesgos para la Delincuencia Residencial-, permite evaluar el riesgo de robo y estimar el esfuerzo, el tiempo y los conocimientos que un intruso necesitaría para vulnerar el sistema de seguridad de una vivienda.

Además, hay un factor decisivo que rara vez se menciona en los folletos comerciales: las influencias externas del entorno:

«La capacidad de vigilancia natural de los vecinos o transeúntes, junto con el tiempo de intervención policial en la zona, condicionan de manera directa el nivel de seguridad residencial necesario para una vivienda realmente protegida».

Niveles de protección contra la intrusión en viviendas.

Para evaluar de manera objetiva la capacidad de resistencia de una casa frente a un intento de intrusión, se utilizan cinco niveles de protección que marcan la diferencia entre una vivienda vulnerable (crimípeta) y una vivienda realmente segura (crimífuga).

Estos niveles se basan en un criterio muy concreto: cuánto tiempo, esfuerzo y recursos tiene que invertir un delincuente para forzar puertas o ventanas antes de ser detectado y como de seguras son las comunicaciones para comunicar la intrusión o un sabotaje. Cuanto más alto es el nivel, más difícil, costoso y arriesgado resulta el ataque, y más probabilidades hay de que el intruso se lo piense dos veces antes de actuar.

Podemos hablar, por tanto, de dos grandes categorías de viviendas:

  • Niveles 1 y 2 (viviendas crimípetas): facilitan el delito. Son hogares con una seguridad mínima, donde un intruso puede entrar en menos de tres minutos, sin apenas ruido y sin ser visto. Su sistema de alarma es fácilmente evitable.
  • Niveles 3, 4 y 5 (viviendas crimífugas): dificultan el delito. Están diseñadas para resistir y retrasar la intrusión, obligando al ladrón a planificar mejor, utilizar herramientas específicas y exponerse a mayores riesgos de ser detectado.

En el esquema que verás a continuación encontrarás una descripción detallada de cada nivel: desde el Nivel 1 (muy bajo), que apenas ofrece resistencia, hasta el Nivel 5 (muy alto), donde la intrusión es muy difícil de lograr gracias a la combinación de resistencia física, detección anticipada, comunicaciones aseguradas y compromiso elevado de los residentes con los hábitos de seguridad. 

Desde Genoma del Robo recomendamos que cualquier vivienda alcance, como mínimo, un Nivel 3, para obligar al delincuente a asumir riesgos y tiempo extra en el ataque. Sin embargo, para el contexto español, donde operan tanto oportunistas como bandas organizadas, pero expertos en la materia y siempre con información previa, la referencia óptima es el Nivel 4 de protección.

Y aquí surge la paradoja: en España, la mayoría de viviendas que se entregan según el Código Técnico de la Edificación (CTE), incluso si se les añade un sistema de alarma inalámbrico (siguiendo el Reglamento de Seguridad Privada de 1994), apenas alcanzan un Nivel 1 o 2. En otras palabras, nuestro país sigue construyendo y entregando viviendas crimípetas, es decir, hogares que en la práctica facilitan el delito.

Aclaración sobre las normativas y estándares de seguridad.

Las normativas no garantizan la correcta instalación de estos productos de seguridad. Un producto, aunque certificado en su producción, puede ser inútil si no se instala adecuadamente. Los robos actuales, evidencian que la tecnología es adecuada pero con una deficiente instalación y mantenimiento que  ha dejado vulnerabilidades, las cuales, han sido aprovechadas por los delincuentes. Por eso, la figura del Asesor Técnico Acreditado es clave durante toda la planificación e implementación, asegurando que los sistemas se instalen de manera óptima y realmente cumplan con su propósito de prevenir intrusiones.

Tabla de niveles de seguridad residencial GDR.

NivelTipo de riesgo que cubreTipo de ataque requeridoPerfil del agresor necesario
Nivel 1
MUY BAJO
Muy baja posibilidad y sin consecuencias.Leves forzamientos.OPORTUNISTA. Basta con un agresor con conocimientos muy escasos.
Nivel 2
BAJO
Baja posibilidad y consecuencias poco importantes.Con rotura. Ataca sistemas de cierre, estructuras de ventanas y usa inhibidores comerciales.OPORTUNISTA CON INFORMACIÓN. Con herramientas físicas específicas y para anular alarmas.
Nivel 3
MEDIO
Alta posibilidad y consecuencias poco Importantes.Con rotura en ataques físicos contundentes. Con sabotaje a/en sistemas electrónicos y corte de líneas.PLANIFICACIÓN. Agresor con capacidad y conocimientos en sistemas.
Nivel 4
ALTO
Baja posibilidad, pero con consecuencias importantes.Mayor tiempo de ataque de elevada contundencia y sabotaje de sistemas. Con probabilidad de ataques Cibernéticos.PLANIFICACIÓN. Agresores con información precisa interna. Banda con expertos, interés, y capacidad.
Nivel 5
MUY ALTO
Alta posibilidad y consecuencias importantes. La seguridad es prioritaria.Requiere muy alta especialización con atacantes expertos y en días o franjas horarias específicas, que dificulten la asistencia de policía.PLANIFICACIÓN. Agresores con información precisa interna y falta de hábitos de usuarios en activar los sistemas.

Tabla de rangos de clasificaciones para niveles de seguridad residencial GDR.

NivelCualificaciónPrestacionesRango (100 puntos)
Nivel 1 — MUY BAJOMUY BAJODeficientes20-40
Nivel 2 — BAJOBAJOInsuficientes40-60
Nivel 3 — MEDIOMEDIOBuenas60-75
Nivel 4 — ALTOALTOMuy Buenas75-88
Nivel 5 — MUY ALTOMUY ALTOExcepcionales>88

¿Por qué España necesita alcanzar el Nivel 4 de seguridad residencial?

En materia de seguridad residencial, España se encuentra en una paradoja: mientras que la mayoría de las viviendas se entregan con niveles 1 o 2 de protección, la realidad criminal del país exige un Nivel 4. Las razones son claras y responden tanto a la determinación de los delincuentes como a las deficiencias estructurales de nuestras viviendas:

  1. Criminalidad moderada, pero altamente sofisticada. Aunque la tasa oficial de criminalidad en España es de 51,3 delitos por cada mil habitantes (con estimaciones no oficiales que la elevan hasta 60), los robos en viviendas rara vez son obra de delincuentes improvisados. La mayoría son perpetrados por grupos profesionales que actúan con información previa, herramientas avanzadas y una experiencia que les permite vulnerar con facilidad los sistemas de seguridad que de forma generalizada se instalan en España.
  2. Infraestructuras de seguridad obsoletas. El Código Técnico de la Edificación (CTE) solo garantiza un Nivel 1 de protección, lo que en la práctica se traduce en viviendas que pueden ser forzadas en menos de tres minutos. Dicho de otro modo: en España, la inmensa mayoría de las viviendas se entregan como “crimípetas”, es decir, diseñadas de forma que favorecen el delito en lugar de disuadirlo.
  3. Escasa cultura de seguridad entre los propietarios. La prevención del delito no forma parte de la cultura residencial española. Rara vez se dedica tiempo a evaluar qué sistema es realmente eficaz; la decisión de compra suele basarse en campañas de marketing. El resultado es una dependencia de alarmas inalámbricas y cerraduras electrónicas que, aunque aportan comodidad y sensación de seguridad, carecen de la resistencia necesaria frente a ataques planificados.
  4. Dificultades para actualizar viviendas. El diseño estructural de las viviendas bajo CTE no contempla preinstalaciones de seguridad como precanalizaciones para sistemas cableados ni premarcos adecuados para puertas y ventanas de seguridad. Esto impide incorporar sistemas avanzados de forma sencilla y obliga a los propietarios a recurrir a soluciones inalámbricas vulnerables. Además, puertas y ventanas llamadas «blindadas» son  físicamente endebles (con solo 3 minutos de resistencia al ataque), lo que multiplica la exposición al riesgo.
  5. Delincuentes cada vez más preparados. La balanza se inclina peligrosamente: mientras los delincuentes perfeccionan técnicas y acceden a mejores herramientas, el sector de la construcción (promotores y estudios de arquitectura) sigue anclado en un enfoque crimípeto, entregando viviendas que facilitan el ataque en lugar de anticiparse a él.

¿Quieres saber cuál es el nivel de seguridad de tu hogar? Contacta con un profesional acreditado GDR y comienza a proteger tu patrimonio con un enfoque real y verificable.

Victor Trillo
Grupo VTS

Contactar con VTS

Empresa acreditada Genoma del Robo

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