Genoma del Robo: Un giro copernicano en la seguridad.

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Genoma del Robo: un giro copernicano

La labor detrás de Genoma del Robo para la seguridad residencial, ha sido un ejercicio meticuloso de años de investigación, centrado en identificar patrones universales que se repiten en robos, independientemente de si ocurren en urbanizaciones de lujo o en barrios urbanos tradicionales. 

Este enfoque de investigación, innovador en nuestro sector de seguridad residencial, no se limita a analizar el acto delictivo en sí, sino que busca entender las condiciones estructurales, contextuales y humanas que hacen posible el delito, para así diseñar estrategias preventivas eficientes que están respaldadas por evidencias.

Todo este conocimiento ha permitido crear la guía GDR; Gestión de riesgos para la delincuencia residencial). Una herramienta válida para la prevención del delito, que redefine la seguridad residencial como un proceso integral, adaptado a cada entorno y contexto.

Jose Miguel Ángel Olleros, fundador de Genoma del Robo.
José MIguel Ángel Olleros / Fundador

Podcast: GDR, la seguridad residencial redefinida.

Exploramos la innovadora metodología de Genoma del Robo, que está revolucionando la seguridad residencial, en formato podcast. Un formato ameno y desenfadado que te animamos a escuchar.

Cómo Genoma del robo está transformando la seguridad residencial.

En palabras de José Miguel, Genoma del Robo representa un cambio radical en cómo entendemos y abordamos la seguridad residencial. En este sentido era necesario entender que;

Abordamos una problemática humana sobre la que no se puede intervenir sólo con dispositivos externos.

Este cambio pone en cuestión todo el modelo tradicional de prevención del delito en España, basado casi exclusivamente en la adquisición de tecnología estándar, normalmente electrónica, para enfocar su mirada hacia las personas que interaccionan como agentes principales en la prevención del delito:

  • Quienes habitan la vivienda: Los propietarios y residentes que, además de buscar protección, deben comprometerse con hábitos seguros.
  • Quienes pretenden asaltar la vivienda: Delincuentes que analizan oportunidades y vulnerabilidades en cada entorno.
  • Quienes ofrecen servicios de seguridad: Profesionales que deben trascender la venta de dispositivos y asumir un enfoque integral y certificado.

Enfoque clínico de Genoma del Robo para una seguridad del hogar efectiva.

La psicóloga María Asperilla, definió que la metodología de seguridad Genoma del Robo adopta un enfoque cercano al método clínico. Este modelo considera de manera prioritaria las características únicas de cada vivienda, su entorno y las dinámicas de quienes la habitan (las personas). De este modo, las soluciones de seguridad no son genéricas, sino que se crean ad hoc, diseñadas específicamente para las particularidades de cada caso considerando la protección del patrimonio, la salud mental y el estilo de vida de cada cliente.

El análisis de estas experiencias únicas -indica María-, ha permitido a Genoma del Robo consolidar un conocimiento más profundo y sistemático. Este aprendizaje no solo ha ganado solidez con la práctica, sino también al ser compartido y discutido entre profesionales del sector y expertos de áreas afines, enriqueciendo las perspectivas y fortaleciendo la capacidad para ofrecer soluciones cada vez más precisas en cada nuevo proyecto.

Por otro lado, la metodología ha sido avalada por la Academia de Neurociencia y Educación ANE INTERNATIONAL, reconociendo su gran aporte al desarrollo del bienestar humano y base neurocientífica.

La diferencia de un enfoque basado en evidencias y enfocado hacia las personas.

Consultar el documento: EL INGREDIENTE HUMANO EN SEGURIDAD (María Asperilla y Ángel Olleros, abril 2024).

Otros giros copernicanos y su paralelismo con la prevención del delito.

La historia del pensamiento está marcada por giros copernicanos que cambiaron nuestra manera de entender el mundo. 

Freud transformó nuestra comprensión de la mente; Darwin reubicó al ser humano en el árbol de la vida; Marx analizó los sistemas económicos desde una perspectiva disruptiva; y Einstein revolucionó nuestra percepción del tiempo y el espacio.

Cada uno de estos avances no solo cuestionó las creencias establecidas, sino que también abrió nuevas maneras de comprender y actuar sobre la realidad. En el ámbito de la seguridad residencial, aunque con una escala diferente que no pretende equipararse a los grandes giros de la historia, Ángel Olleros propone un enfoque disruptivo:

Mirar más allá de la tecnología como solución primaria y poner a las personas en el centro de la prevención del delito.

Su enfoque no descarta la tecnología, sino que la redefine como una herramienta complementaria a un diseño cuidadoso, hábitos de seguridad sólidos y una comprensión profunda de las dinámicas humanas. Este cambio de paradigma busca convertir a la seguridad residencial en una disciplina fundamentada de ciencia, diseño y compromiso humano.

Origen y evolución: Cómo Genoma del Robo redefine la seguridad residencial para prevenir el delito.

En 2019, José Miguel Ángel Olleros inició un proyecto pionero en seguridad residencial, inspirado en la criminología ambiental y con un enfoque profundamente analítico. Este proyecto se centró en estudiar los robos desde tres perspectivas principales: el espacio físico, la actividad del entorno y los sistemas de seguridad instalados.

La investigación se enriqueció con una tesina sobre criminalidad y sentimiento de inseguridad en el barrio de Lavapiés (Madrid). Allí, entrevistas de campo a vecinos, paseantes, empleados de limpieza, comerciantes, sintecho y pandilleros ofrecieron una visión integral del problema. Este enfoque permitió identificar patrones universales que revelan cómo las oportunidades delictivas trascienden clases sociales y ubicaciones geográficas.

Primeros hallazgos y evidencias en la prevención del delito residencial.

El patrón emergió rápidamente:

Más allá de la tecnología, los delincuentes toman decisiones basadas en cinco factores clave:

  1. Facilidad de acceso: ¿Qué tan fácil es ingresar al objetivo?
  2. Discreción de la acción: ¿Pueden actuar sin ser detectados?
  3. Tiempo de intervención policial: ¿Qué tan rápido podría llegar la policía?
  4. Patrones de vida de los residentes: ¿Cuándo están ausentes o distraídos?
  5. Influencias externas: Actividad comunitaria, comercio local y características del barrio.

Esta evidencia marcó un cambio de paradigma: la primera línea de defensa no es tecnológica, sino el conjunto que forman el diseño del espacio, el comportamiento de los residentes y las dinámicas rutinarias del entorno.

Así pues, se confirma que el delito no está determinado por el nivel socioeconómico ni por la ubicación geográfica, sino por una lógica racional que explota las oportunidades derivadas de un diseño inadecuado del espacio, la falta de actividad en el entorno y el uso ineficiente de la tecnología.

Una evidencia significativa es el papel limitado que tuvo la tecnología en la prevención de los robos:

Todas las viviendas violentadas presentaban una alarmante debilidad en la resistencia física de puertas y ventanas. Aunque los pisos contaban con sistemas de alarma y los chalets además con cámaras de videovigilancia, estas medidas demostraron ser insuficientes para evitar las intrusiones, dejando en claro que la tecnología, sin un diseño integral adecuado, no constituye una barrera efectiva contra la delincuencia.

* Validando la indicación del Anexo F de la especificación técnica del Comité Europeo de Normalización CEN/TS 14383-2: 2022, en el marco de seguridad de un proyecto urbano.

Patrones de robos: De barrios urbanos a urbanizaciones de lujo.

«La tasa de criminalidad aumentaba y los esclarecimientos en robos patrimoniales descendían». 

Los hallazgos mostraron que la tecnología, aunque necesaria, no es la solución definitiva. Robos en contextos tan diversos en tipo de vivienda, expectativa de botín y cantidad invertida en tecnología de seguridad, en barrios de Madrid como Carabanchel o Montecarmelo y urbanizaciones de lujo en zonas públicas como La Moraleja y Boadilla del Monte, presentaron patrones comunes que facilitaron los robos:

Baja ocupación de las viviendas colindantes, ausencia de personas en el momento de los hechos, falta de actividad comunitaria y sistemas de seguridad desconectados o mal diseñados.

 La falta de actividad comunitaria se acentúa por la carencia de comercio local y espacios de reunión, lo que contribuye a vivir en un entorno desprovisto del anillo de protección natural; lo que se conoce como vigilancia natural y control informal social.

Cuando la innovación en prevención del delito no depende de la tecnología.

Durante el proceso de investigación surgió una pregunta clave: ¿Es la tecnología la solución definitiva o es simplemente un complemento?

Este planteamiento llevó a un cambio de enfoque esencial:

El problema no radica en la tecnología en sí, sino en cómo se diseña, instala y utiliza (otra vez más «las personas»; los profesionales y los usuarios. 

Este análisis obligó a trasladar la atención de los productos de seguridad a las personas que los emplean y al contexto en el que operan. Los resultados revelaron que los sistemas de seguridad profesionales no suelen fallar por limitaciones técnicas inherentes, sino por errores humanos en su implementación y gestión.

Las intrusiones exitosas no son consecuencia de productos defectuosos, sino de carencias y fallas recurrentes que comprometen su efectividad.

Entre las deficiencias más destacadas, se identificaron:

  • Ubicación inadecuada de detectores, lo que permite a los delincuentes sortear las defensas sin activar el sistema.
  • Sistemas desconectados por falta de hábito o compromiso de los usuarios, lo que elimina su capacidad de protección en momentos críticos.
  • Diseño incorrecto, como alarmas que solo se activan en el interior de la vivienda y diseños que no cubren todos los «huecos» del acceso.  
  • Ausencia de resistencia física adecuada en puertas y ventanas, que deberían ofrecer la primera barrera real frente al ataque.

El tiempo de intervención: Unidad de medida clave en la prevención del delito residencial.

Comprendiendo la mentalidad del delincuente.

Otro hallazgo fundamental fue la confirmación del impacto que tiene el “tiempo de intervención” en las decisiones del delincuente. Este concepto se refiere al lapso entre el momento en que se activa una alerta de intrusión y la llegada de la policía, en comparación con el tiempo que el delincuente necesita para llevar a cabo el robo. Para el delincuente, este tiempo es la clave para determinar si una acción delictiva es viable o demasiado arriesgada.

El delincuente opera de forma racional, evaluando las oportunidades y los riesgos. Si sabe que puede localizar un botín en un piso de 120 metros cuadrados en un promedio de 10 minutos y, al mismo tiempo, es consciente de que la intervención policial suele tardar más de 20 minutos (incluyendo la verificación de la alerta y el desplazamiento), entiende que tiene una ventana de oportunidad suficiente para cometer el delito y escapar sin ser capturado.

Este cálculo no es casual ni improvisado; es el resultado de patrones observados en numerosos casos de robo.

Retener activamente al delincuente fuera de la vivienda.

Aquí radica la importancia de soluciones técnicas de retención activa. Esta evidencia confirma por qué muchas prácticas habituales fallan.

Las alarmas instaladas únicamente en el interior de las viviendas, sin sistemas de detección anticipada ni medidas de resistencia física adecuadas al tiempo de intervención, no ofrecen una defensa real.

La fórmula clave del tiempo.

Tr+Td ≥ Ti.

Así nació una fórmula clave en la seguridad residencial, que dio origen al algoritmo del evaluador GDR: el tiempo de resistencia física y detección debe superar al tiempo de intervención policial.

Al comprender que el delincuente evalúa las oportunidades de manera metódica, basándose en factores como el tiempo, la discreción y las defensas presentes, es posible diseñar estrategias de seguridad que desactiven su lógica delictiva. 

El HUB de GENOMA DEL ROBO: La comunidad de expertos en prevención del delito residencial.

El Hub de Genoma del Robo

Los hallazgos y evidencias recopiladas a lo largo de años de investigación han permitido recomendar tratamientos y «recetas» de protección cuidadora, diseñadas para ser replicables y adaptables a cualquier contexto, demostrando que la prevención del delito es una combinación de ciencia, diseño y compromiso humano.

Con el tiempo, diversos perfiles profesionales se han sumado a esta metodología de seguridad para ofrecer diseños seguros, con un enfoque transformador, dando lugar al GENOMA DEL ROBO Hub. Este espacio reúne a especialistas en prevención del delito en entornos residenciales, comprometidos con un objetivo común: ofrecer una protección real y verificable.

El Hub se sustenta en tres pilares fundamentales:

  1. Profesionales cualificados.
  2. Consumidores informados.
  3. Proyectos certificados.

“Con profesionales cualificados, aseguramos un asesoramiento sólido y confiable. Con consumidores informados, promovemos decisiones acertadas. Y con la certificación de proyectos, garantizamos eficiencia, calidad y un retorno tangible de cada inversión realizada.”

¿Cuál es el beneficio específico de GENOMA DEL ROBO?

Objetivo: Reducir la oportunidad delictiva.

Como lo hacemos: Diseñando de forma Crimífuga, combinando diseño, tecnología y metodología.

Beneficio para los consumidores: Protección del patrimonio, salud mental y estilo de vida superior.

Beneficios para los profesionales: Mayor conocimiento práctico y especialización.

GENOMA DEL ROBO: un pequeño giro copernicano.  

Reseña Biográfica. José Miguel Ángel Olleros es actualmente, el Coordinador nacional UNE CTN041/325: Prevención del delito a través del diseño ambiental (desde 2011). Y el experto español acreditado por UNE en CEN (European Committee for Standardization) para el grupo de trabajo ISO/TC292/WG6/ Seguridad y Resiliencia (desde 2021).

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