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Poscast: Arquitectos y promotores, aliados clave en la prevención del delito.
Descubrimos como arquitectos y promotores son aliados clave en la prevención del delito en un podcast dinámico y accesible, impulsado por inteligencia artificial. Un formato ameno que te invitamos a descubrir.
El diseño arquitectónico: Un caballo de Troya.
“Una vivienda que favorece el delito no es solo un fallo de diseño: es una renuncia silenciosa al deber de cuidar”.
La moda de los estudios de arquitectura de construir viviendas crimípetas -estéticamente atractivas, pero intrínsecamente inseguras-, está generando un problema oculto que explota de forma individual cuando la vivienda es vulnerada.
En España se superan los 100.000 robos cada año en viviendas con simples, silenciosos y rápidos forzamientos de puertas y ventanas.
Como un moderno Caballo de Troya, estas deficiencias se integran desde la concepción del proyecto, pasando desapercibidas para arquitectos, urbanizadores y ciudadanos, pero no para los delincuentes, que saben identificar y explotar estas debilidades con precisión.
La arquitectura, lamentablemente, aún no ha aceptado su rol fundamental en la prevención del delito.
La seguridad no puede seguir siendo un accesorio añadido en forma de tecnología o sistemas instalados a posteriori. Debe integrarse desde el diseño inicial de los espacios arquitectónicos y urbanísticos, creando entornos que no solo sean funcionales y estéticamente atractivos, sino también resistentes a la creciente actividad delictiva.
Un nuevo marco normativo ISO para construcciones residenciales.

Muchos son los arquitectos que desconocen que existe marco normativo para la planificación de medidas de seguridad en viviendas y para ser considerado un técnico especialista en la materia. El marco normativo de prevención del delito se rige por la ISO23234 Planificación de medidas de seguridad en el entono construido y ISO22341 Seguridad y resiliencia en edificios residenciales.
¿Que indica la normativa ISO23234 referida a los arquitectos que construyen viviendas seguras?
Asesor técnico de seguridad.
El rol de asesor técnico de seguridad puede ser desempeñado por uno o más especialistas con habilidades para asesorar sobre vulnerabilidad, medidas técnicas de seguridad o el diseño de las obras de construcción. Este término general puede abarcar una variedad de roles especializados, como arquitectos, arquitectos paisajistas, asesores estructurales, asesores de sistemas y otros.
Un arquitecto que actúe como asesor de seguridad deberá comprender cómo influyen la resiliencia de las soluciones arquitectónicas frente a acciones hostiles, especialmente de seguridad protectora mediante el uso de acristalamientos y materiales de construcción.
¿Tiene responsabilidad un arquitecto técnico en la prevención del delito en viviendas?

Sí. Y postergarla ya no es inocuo.
La Ley 9/2022, de Calidad de la Arquitectura, declara que la arquitectura debe promover entornos construidos de calidad. Pero, ¿puede considerarse “calidad” una vivienda que favorece el delito?
Aunque no somos un despacho jurídico, en este artículo lanzamos preguntas que apelan a la responsabilidad técnica de quien diseña y construye viviendas que luego serán habitadas por familias. Y aportamos una reflexión técnica con base normativa y sentido común.
Arquitectura que facilita el delito: ¿realidad o negligencia?
Hoy, en pleno siglo XXI, aún se entregan viviendas nuevas que:
- Obligan a instalar sistemas de seguridad inalámbricos, llenos de baterías contaminantes.
- Tienen fachadas escalables y sin visibilidad.
- Esconden puertas y ventanas del entorno vigilante.
- Usan premarcos de chapa que impiden colocar cerraduras certificadas o cristales antirrobo.
- Instalan vidrios con clasificación P1A (solo resistentes a agresiones leves).
- No permiten integrar detección anticipada ni control inteligente de accesos.
¿Puede llamarse a eso arquitectura de calidad? ¿Es esto sostenible? ¿Es esto resiliente? ¿Es esto prevención del delito?
El deber técnico del arquitecto.
Los arquitectos y arquitectos técnicos forman parte esencial de la cadena de decisiones que dan forma a una vivienda. No basta con diseñar bonito o cumplir con normativa básica: hay un deber profesional de conocer y aplicar conceptos de seguridad contra el delito.
Diseñar sin considerar la prevención de intrusiones en viviendas unifamiliares o bloques residenciales, especialmente en zonas de riesgo medio-alto, puede derivar en una responsabilidad contractual si se produce un robo. Especialmente si se han publicitado atributos de seguridad no reales.
Un arquitecto técnico no está obligado a ser experto en seguridad.
Pero sí tiene la obligación profesional de no obviar aquello que condiciona la protección de quienes van a vivir allí. “La arquitectura que ignora la seguridad, legitima el riesgo.”
Hoy ya existe un marco normativo —como la ISO 22341 sobre prevención del delito en entornos construidos— que permite a cualquier estudio de arquitectura incorporar principios de diseño crimífugo sostenible y verificable. No es una opinión. Es un estándar.
Intrusismo técnico: el riesgo de opinar sin cualificación.
Asesorar sobre seguridad sin formación acreditada en prevención del delito puede constituir mala praxis o intrusismo profesional, del mismo modo que lo sería un instalador opinando sobre estructuras.
Arquitectura de calidad no es solo eficiencia energética o estética. Es también protección verificable frente al delito. Y en eso, el arquitecto tiene una responsabilidad técnica ineludible.
¿Tiene responsabilidad un promotor inmobiliario al vender una “vivienda segura”?
Sí, y no es menor.
Cuando un promotor publicita una vivienda como “segura”, está vinculando esa afirmación a un valor contractual. Si no existe ninguna certificación técnica que lo respalde, y se demuestra que esa seguridad no existe, responde civil y contractualmente por el incumplimiento.
Beneficiarse económicamente de un atributo que no se puede verificar es asumir un riesgo legal directo.
El arquitecto como influenciador de diseños crimífugos.
En los siguientes apartados, detallaremos las 6 claves esenciales que todo arquitecto debe considerar para diseñar viviendas realmente seguras, alineadas con los estándares internacionales ISO22341 y la metodología GDR de Genoma del Robo.

Clave 1: Mejorar el conocimiento y el proceso de diseño.
El primer paso para que un arquitecto pueda diseñar viviendas realmente seguras es fortalecer su conocimiento técnico y metodológico, así como optimizar el proceso de diseño para incorporar criterios de prevención del delito desde las fases iniciales del proyecto.
Debe aplicarse en un proceso sistemático que contemple:
- Evaluación precisa de riesgos: Analizar el entorno, las características físicas y sociales, y la actividad prevista para anticipar posibles vulnerabilidades.
- Diseño integral y personalizado: Incorporar medidas que disuadan, resistan y detecten intentos de intrusión, cerrando todos los huecos y puntos débiles.
- Implementación rigurosa: Supervisar que las soluciones se ejecuten conforme al proyecto y con la calidad necesaria.
«El cambio no se limita al diseño y la tecnología. La solución es clara: profesionales cualificados, informar mejor a los consumidores y certificar cada proyecto con evidencias auditables.»
Clave 2: Cambiar prioridades: acreditación y certificación como base.
Para diseñar viviendas realmente seguras, los arquitectos deben cambiar el enfoque tradicional y centrar sus prioridades en la acreditación profesional y la certificación de los proyectos.
«La transparencia como un valor al alza. Cada afirmación deberá responder con claridad: ¿en qué grado?, ¿de qué manera? y ¿quién ha certificado el nivel de seguridad?»
No basta con diseñar; es imprescindible que el proceso de construcción, instalación y puesta en marcha se audite y valide.
- Certificación del nivel global de seguridad: Determina cuán resistente es la vivienda frente a ataques físicos, electrónicos y conductuales.
- Certificación de eficiencia en la implementación: Garantiza que la ejecución técnica corresponde al diseño y que los sistemas funcionan correctamente.
Clave 3: Generar seguridad a través del diseño del proyecto arquitectónico.
Aprovechar el proyecto arquitectónico es vital para crear viviendas y entornos residenciales que sean, por naturaleza, más seguros. Este enfoque va más allá de la instalación de sistemas tecnológicos y se basa en la planificación y organización del espacio físico para reducir las oportunidades delictivas y fomentar la vigilancia natural.
Incorporar criterios de diseño ambiental significa integrar elementos como la orientación de puertas y ventanas, el paisajismo, la iluminación estratégica y la delimitación clara de espacios.
- Control visual entre zonas: Consiste en diseñar ambientes conectados visualmente entre sí, de modo que los accesos secundarios, patios, pasillos, jardines o zonas de servicio puedan ser observados de forma natural desde áreas habitadas. Este principio refuerza la idea de que cuantos más ojos ven un espacio, menor es la probabilidad de que ocurra un delito sin ser detectado.
- Diseño arquitectónico: El diseño debe ser crimífugo, con posibilidad de vigilancia natural (espacios abiertos y visibles que facilitan la observación espontánea por parte de los propietarios y transeúntes). Un diseño sin posibilidad de escalada a plantas superiores, con posibilidad de segmentaciones físicas de seguridad en el interior, con infraestructuras físicas de seguridad en la envolvente.
- Infraestructuras de seguridad: Considerar canalizaciones de interior y exterior (parcela). Considerar premarcos de huecos de ventanas incluyendo fijaciones y canalizaciones. Considerar cajas de registros (independientes) y patinillos de planta. Considerar necesidades de abastecimiento para energía eléctrica y espacio en cuadros eléctricos generales.
- Paisajismo funcional: Selección y ubicación de vegetación que no obstaculice la vigilancia. Reducir la posibilidad de falsas alarmas, reducir escondites, reducir oclusiones de la detección.
- Iluminación adecuada: Uso de luz estratégica para eliminar zonas oscuras y puntos ciegos, dificultando la ocultación de actividades delictivas.
Clave 4: Cerrar cada hueco: eliminar oportunidades del delito.
Una de las máximas en el diseño de viviendas seguras (crimífugas) es identificar y eliminar todos los puntos vulnerables que puedan ser aprovechados por delincuentes para acceder al inmueble. Cada “hueco” o vía de acceso sin protección representa una oportunidad que aumenta el riesgo de intrusión.
«Aunque es difícil prever quién llevará a cabo un ataque, sí es posible identificar y eliminar los puntos vulnerables que podrían ser utilizados.
El diseño debe enfocarse en cerrar o minimizar todas las posibles vías de entrada, desde puertas y ventanas hasta accesos secundarios como terrazas, conductos o patios interiores. Esta estrategia reduce significativamente la oportunidad delictiva y eleva la percepción de riesgo para el agresor, disuadiendo su acción.
Para lograr este objetivo, el arquitecto debe considerar:
- Resistencia física: Incorporar materiales y sistemas de cierre certificados que ofrezcan una barrera sólida frente a ataques físicos a muros, puertas y ventanas.
- Delimitación y control de accesos: Diseñar perímetros claros y accesos controlados que dificulten la aproximación no autorizada.
- Evitar huecos: Evitar huecos ocultos que facilitan los retranqueos en fachada, patios interiores y construcciones colindantes como casetas, pérgolas, etc.
- Integración de sistemas de detección anticipada: Facilitar la instalación cableada de alarmas y sensores en puntos críticos para detectar intentos de intrusión antes de que se consuma el delito. Sobre todo en la envolvente de la vivienda.
Clave 5: Tomar decisiones racionales frente a la criminalidad profesional.
El delincuente moderno no actúa por impulso ni al azar; su conducta está basada en un análisis racional y detallado de las oportunidades y riesgos.
El diseño arquitectónico debe contemplar tanto los espacios estables (edificios), como los espacios inestables, (áreas exteriores), donde factores medioambientales, sociales y económicos pueden comprometer las defensas. La clave está en integrar estas particularidades en una estrategia que no solo resista, sino que anticipe los movimientos de un atacante inteligente, transformando cada rincón en un aliado de la seguridad.
“Instrucción esencial: Diseñar pensando en la interacción constante entre lo construido, lo cambiante y lo inesperado”.
Clave 6: Evaluación y diagnóstico previos al diseño.
Este paso inicial es la base para diseñar soluciones efectivas y adaptadas que realmente reduzcan la vulnerabilidad frente al delito.
«Antes de abordar el tratamiento, la clave está en entender primero el problema.»
La evaluación de seguridad debe considerar múltiples factores, entre ellos:
- Entorno físico: Accesos, visibilidad, delimitación de espacios y características urbanísticas.
- Contexto social: Actividad comunitaria, rutina de los moradores, y nivel de vigilancia natural.
- Infraestructuras existentes: Estado y resistencia de puertas, ventanas, cerraduras y sistemas electrónicos.
- Tiempo de intervención policial: Disponibilidad y rapidez de respuesta de las fuerzas de seguridad.
Este análisis multidisciplinar requiere la participación de profesionales acreditados en seguridad que puedan integrar la criminología ambiental, el diseño arquitectónico y la tecnología de seguridad para ofrecer un diagnóstico completo y riguroso.
Conclusión: El arquitecto como agente clave para una seguridad cuidadora.

Los estudios de arquitectura se posicionan como un actor fundamental para transformar la protección de los hogares.
Su labor va más allá de la estética y la funcionalidad, asumiendo un compromiso con la Seguridad Cuidadora, un modelo innovador que integra diseño, comportamiento y tecnología para ofrecer una defensa real, sostenible y resiliente. Alejada del consumo.
«La seguridad cuidadora representa un cambio de paradigma hacia un modelo donde la tecnología acompaña, pero no lidera, promoviendo entornos que protegen a las personas y fomentan una calidad de vida superior.»
Al aplicar las 6 claves expuestas los arquitectos y arquitectas contribuyen decisivamente a crear viviendas crimífugas, que disuaden, resisten y detectan la criminalidad de forma integral y verificada.
Este enfoque no solo protege el patrimonio y la integridad física de los moradores, sino que también fortalece la salud mental, la cohesión comunitaria y la sostenibilidad ambiental, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las normativas internacionales.
Finalmente, la responsabilidad del arquitecto implica asumir un rol activo en la prevención del delito, liderando un cambio cultural y profesional que eleve los estándares de seguridad residencial en España y garantice a los ciudadanos entornos más seguros y habitables.
Como empresa acreditada Genoma del Robo, estamos comprometidos con acompañar a los arquitectos en este camino, ofreciendo herramientas basadas en evidencias para que cada proyecto sea una verdadera fortaleza contra la criminalidad.
Diseña con responsabilidad, protege con conocimiento y transforma la seguridad residencial desde la raíz.
Jordi Castella Oriach
CEO en PBiC Seguridad
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Empresa acreditada Genoma del Robo